La caída de Pequeño J: falsos mensajes para engañarlo, el video del horror y qué se sabe los dos prófugos por el triple crimen Florencio Varela

Javier Alonso, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, detalló esta mañana cómo fue el operativo policial para dar con el paradero de Pequeño J, el presunto capo narco y autor intelectual del triple crimen de Florencio Varela, donde fueron asesinadas Brenda, Lara y Morena.
Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, de 20 años, fue detenido ayer por la noche en Perú, gracias a la colaboración de la policía local y la bonaerense. De acuerdo a los investigadores, el prófugo venía viajando en un camión desde Bolivia y tenía planeado encontrarse en Lima con Matías Agustín Ozorio (28), detenido más temprano.
Fue la División Drogas de la Policía Nacional de Perú la que logró su arresto en Lima, gracias al trabajo de los agentes de inteligencia y la DDI de La Matanza, de la Policía bonaerense. De esta forma, ya son nueve los detenidos por el triple crimen y hay al menos dos prófugos más, según el ministro bonaerense.
En una entrevista radial, Alonso relató que la semana pasada allanaron un departamento en La Matanza, pero llegaron “tres horas después” de que se fuera Pequeño J. “Un departamento donde vivía una ‘noviecita’ que tenía. Estuvimos esperando, pero no regresó”, lamentó el ministro, aunque destacó que pudieron intervenir sus teléfonos.
La provincia de Buenos Aires compartió esa información con la policía de Perú, lo que permitió que las fuerzas de seguridad de este país detectaran cuando cruzó la frontera. “Tenemos un recorrido que hizo por la cordillera (de los Andes). Tenía un chip que impactaba en tres aparatos diferentes”, detalló Alonso.

“Nuestra hipótesis es que cruzó por Bolivia, pasó a Perú por la cordillera y había interferencia por la zona rocosa. Lo encontramos en el cono norte de Lima, en un lugar que llaman Plaza Trujillo. No tenemos precisión sobre por qué frontera salió de Argentina”, agregó.
Y destacó la “confianza” que hay entre los equipos argentinos y peruanos para trabajar en conjunto. En ese sentido, señaló que luego de la detención de Matías Ozorio, con quien Pequeño J debía encontrarse en este país, “la policía de Perú se hizo pasar por Ozorio y se comunicó por teléfono (con el capo narco) después de detenerlo para seguir en contacto”.
Además, Alonso reveló que sabían que Pequeño J “miraba las noticias, así que fuimos llevándolo. Lo que yo declaraba era parte de una estrategia que me autorizaron el juez y el fiscal para que (Pequeño J) supiera cómo íbamos impactando en su organización, que iban cayendo detenidos y que supiera lo que nosotros queríamos que supiese”.
“Todas las personas que contactamos tenían pánico de hablar porque esta persona tiene perfil sádico. Fue difícil vencer ese cerco y por eso fuimos protegiendo a quiénes nos daban información y así cercando el círculo sobre este asesino”, afirmó Alonso en Radio 10 sobre cómo lograron dar con el paradero de Pequeño J.
Y agregó que “fue tan violento lo que hizo” con las tres jóvenes asesinadas “que otras organizaciones empezaron a entregarlo”.
Aún falta detener a las dos personas que iban a bordo de la camioneta blanca
Por el momento, la principal hipótesis sobre la que traban es que este capo narco fue el autor intelectual del crimen, pero no material. “No estuvo durante el crimen”, dijo el ministro pero destacó que con su él ya suman nueve detenciones por el triple crimen y “faltan dos personas sobre las que estamos trabajando”.
Se trata de dos personas que iban en la camioneta Tracker blanca donde se subieron las jóvenes asesinadas. “Tenemos varias pistas. Nos va a llevar un tiempo pero los vamos a encontrar. Ya los tenemos identificados por apodos, cuando tengamos los nombres será cuestión de días hasta que los detengamos”, aseguró Alonso.
De esta manera, ya estarían identificadas las personas que iban en la camioneta donde se llevaron a las chicas y también las tres personas que iban a bordo del auto remís que hizo de apoyo durante el trayecto, donde iban Victor Sotacuro, su sobrina Florencia Ibáñez y Matías Ozorio, según reveló esta mañana Alonso en diálogo con TN.

Además, adelantó que en los expedientes de la investigación figuran otros dos apodos, de acuerdo a lo que han declarado varias personas: Papá y Abuelo, que es “ante quienes rendía cuentas Pequeño J”, dijo el ministro.
“Yo creo que lo de las chicas fue un mensaje que quiso dar hacia subordinados, hacia otras bandas en Buenos Aires y hacia sus superiores“, sostuvo el funcionario bonaerense en la entrevista radial y planteó la hipótesis que vincula los negocios narcos del Pequeño J con su pueblo de origen, en Perú.
Según explicó, “viene de un pueblo donde hay una banda que se llama Los Pulpos, que trabaja la logística de la droga para llegar desde Perú a diferentes zonas de América. Puede ser que le hayan robado dinero o droga y este video sea algo que envió hacia arriba para mostrar que había ajusticiado”.
Sobre el video donde supuestamente se grabó cómo torturaban a las jóvenes asesinadas, Alonso confirmó: “Tenemos dos personas que dijeron que Pequeño J y Ozorio les mostraron el video, entonces sabemos que existió. Aparentemente se transmitió por una plataforma encriptada”.
Cocaína rosa y una nueva generación de narcos
De acuerdo con el ministro de Seguridad bonaerense, la banda narco que lideraba Pequeño J forma parte de una “nueva generación” que busca llegar a nuevos públicos a través de la venta de “tusi, la llamada ‘cocaína rosa’, que tiene poca cocaína, y en general es una droga sintética y tiene distintas sustancias. Se aspira como la cocaína, pero es más sofisticada, parecido a una droga que se consume en fiestas electrónicas”.
“Por eso estaban siempre rodeados de chicas jóvenes a quienes llenaban de regalos, para construir una presencia distinta”, marcó y detalló que “en Varela tenían una red que estaban empezando a organizar de puntos de venta con mochila. Eso lo hacía la pareja de Celeste, que viene del mismo pueblo de donde viene Pequeño J, es una persona de estrecha confianza”.
Celeste es quien vivía en la casa donde asesinaron a las jóvenes y quien reveló a la policía dónde estaban los cuerpos de las chicas.
Además, Alonso recordó la detención de Pablo Escobar en Estados Unidos, que “posa para la policía sonriendo” y dijo: “Ayer cuando vi a Pequeño J vi la misma mueca en la cara. Se está sonriendo, está prolijo, está bien vestido, ríe, hace declaraciones sarcásticas”.
Video
“No matamos a nadie, no tengo nada que ver”, dijo el principal acusado.
Fuente: www.clarin.com